Con alrededor de 33 millones de habitantes, un PIB de más de unos 96.000 millones de dólares (unos 70.400 millones de euros) y una inflación que se mantiene estable en el entorno del 1,5%, Marruecos representa una buena oportunidad para las estrategias de internacionalización de las pymes españolas. Esta es una de las principales conclusiones del panel de expertos reunido por CincoDías, en un desayuno patrocinado por la compañía logística DHL Express. Estos también concluyeron que la única barrera que existe para las empresas es la falta de información.
Alal Aamer, director general de la constructora catalana especializada en obras públicas Rubau Tarrés en Marruecos, afirmó que España y Marruecos han vivido de espaldas durante mucho tiempo. Nicolás Mouze, director Marketing y Ventas en DHL, calificaba al país como un partner sólido. “Hace 10 años, su economía se dedicaba solo a los productos tradicionales, pero cada vez tiene más peso en ella la tecnología, como por ejemplo el sector de la automoción”, explicaba Mouze.
Y es que la transformación que ha vivido Marruecos en los últimos tiempos ha quedado patente en proyectos que han recalado allí, como la confianza depositada por la firma Renault en su planta de Tánger.
De hecho, su gobierno trabaja intensamente en diversificar la economía, tal y como aseguró durante la reunión Aziz Aziz El Atiaoui, director de la Agencia Marroquí de Desarrollo de Inversiones (AMDI) en Madrid. Impulsar sectores como la química, la aeronáutica o la electricidad, además de las infraestructuras, está en el punto de mira de los dirigentes del país. “Están llegando grandes proyectos a Marruecos en ámbitos como la energía solar, eólica, el tren de Tánger, su puerto... y detrás de ellos llegan muchas pymes que los acompañan”, argumentó.
Por el momento son unos 1.000 los negocios españoles de pequeño y mediano tamaño instalados en Marruecos, pero todo apunta a que la cifra podría ir incrementándose en los próximos años. Julián López-Arenas, director del Área Internacional del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, apuntó al interés que suscita la zona entre las pymes que se acercan hasta estas instituciones y explicó que esta cuenta con muchos aspectos a su favor. “Es estable, tiene una buena fiscalidad, la primavera árabe no le ha afectado demasiado”, enumera López-Arenas, que también considera que el reto es conseguir informar a las empresas españolas sobre estas circunstancias, y también sobre lo distinto que es el funcionamiento de los negocios allí.
Este es uno de los principales aspectos que hay que tener en cuenta antes de internacionalizarse en el país africano, consideró Santiago Tiana, director de la sucursal de Banco Sabadell en Marruecos. “Igual que en el resto del mundo árabe, se deben establecer primero las relaciones personales, que son muy importantes para luego cerrar el negocio”, explicó Tiana.
El factor humano se convierte así en una parte muy importante del éxito de una empresa allí. “Caer bien o mal puede abrir una puerta o no”, advirtió Aamer.Y es que la barrera entre relaciones profesionales y particulares es muy delgada, por lo que es necesario –según los expertos– cambiar la mentalidad y adaptarse al ritmo más lento que requieren los tratos con los empresarios marroquíes.
Además de las diferencias culturales, existen algunos aspectos que se deben tener en cuenta antes de internacionalizarse a este país. “Hay que tener claro cómo se realiza la implantación”, aseveró Carlos Marín, Socio Responsable del área de tributación internacional de KPMG Abogados. Este experto advirtió de las complicaciones que pueden surgir si no se tienen en cuenta los impuestos locales o no se planifica adecuadamente la forma de repatriar las rentas. “Pero si se hacen bien los deberes, no tiene por qué haber problemas”, afirmó Marín a lo largo del debate.
En el mismo sentido se pronunció el director general de Banco Sabadell en Marruecos, que se mostró convencido de que tanto invertir como desinvertir en la zona no plantea mayores problemas siempre y cuando se cumplan todos los requisitos administrativos. Tiana también señaló que la evolución del tipo de cambio con el dirham, la divisa local, se ha mantenido bastante estable durante los últimos años.
Pese a la importancia de las relaciones personales para cerrar acuerdos empresariales, el director general de Rubau Tarrés recordó la estrecha reglamentación que existe en el terreno administrativo. “Todo está bien estructurado y muy normativizado”, aseguró el ejecutivo que puso como ejemplo la costumbre de llevar a cabo por escrito todos los contactos oficiales.
Los expertos también coincidieron en que, dadas las características del país, la internacionalización de una empresa en Marruecos tiene más sentido dentro de una estrategia a largo plazo que para inversiones puntuales en las que se busca una gran rentabilidad. “Entre las empresas que yo he visto y he podido acompañar, las que han planteado bien su llegada al país están funcionando con éxito pese a las particularidades del mercado marroquí y tienen en estos momentos un plan de continuidad”, relató el director de la Agencia Marroquí de Desarrollo de Inversiones. Por su parte, Julián López-Arenas apuntó a la necesidad de apoyar a las compañías desde las instituciones para fomentar unas exportaciones sostenidas en el tiempo.
Además de las oportunidades que representa por sí mismo Marruecos (con una incipiente clase media que está empezando a impulsar el consumo interno), este se convierte en una perfecta plataforma de lanzamiento hacia un continente todavía por descubrir: África. “Es un buen lugar desde el que atacar otros mercados como Costa de Marfil, Gabón, Camerún o Senegal”, aseveró Alal Aamer durante la charla.
Aprovechar las buenas condiciones que ofrece el país también pasa, según este grupo de expertos, por sacar partido del momento actual, en el que las relaciones entre las empresas marroquíes y francesas (que podrían ser consideradas las principales rivales de las españolas) parecen haberse enfriado.“Hay que saber capitalizar eso”, dijo Santiago Tiana, que también hizo alusión a la próxima visita de nuevo rey Felipe VI al país, que podría servir para continuar con los buenos contactos diplomáticos –y corporativos– entre ambos estados.
El director del área internacional del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio argumentó que, si bien Marruecos tiene que hacer su labor para mejorar el clima de los negocios, España también tiene que poner de su parte y ayudar a los empresarios a cambiar su esquema mental.
Transformación, cambios o movimiento fueron algunas de las palabras que más se repitieron a lo largo del debate en referencia a la economía del país norteafricano. “Algo estamos haciendo bien porque seguimos en el camino de las mejoras”, afirmó Aziz El Atiaoui. “Hay que tener en cuenta que Marruecos no era hace 10 años lo que es hoy y que queda mucho por mejorar, pero se están dando pasos muy grandes”, concluyó.
Fuente: Cinco Días